martes, 27 de marzo de 2012

En el fondo del bolso


EN EL FONDO DEL BOLSO

Caramelos de eucalipto,
dos pañuelos usados,
la factura marchita de una hamburguesería
y migas de un poema
que todavía parecen comestibles.

En cualquiera de los apeaderos
que inventa mi rutina,
las palabras me vienen a las manos
como una lista confusa de ingredientes
para la nueva receta de un pastel.

Las horas de silencio han terminado.

Es hora de que os cuente
el goteo incansable de mi alma.



jueves, 22 de marzo de 2012

Mantenerse a flote, un poema de Javier Das

MANTENERSE A FLOTE

No merece la pena vivir
si a cada paso que das
no sientes un latigazo.

Si no te dejas devorar cada noche,
si no prendes fuego a un piano
mientras bailas en sus teclas.

Merece la pena perder la cabeza
por la canción que tarareas,
merece la pena ponerte el sombrero
y encender las farolas de la ciudad.

Con el frío en el bolsillo
de tu chaqueta,
con la hora cambiada
para trasnochar cien veces.

Porque saltar es algo
en lo que hay que mantener
los ojos abiertos

Porque en cada dormitorio,
esta noche, robaremos los zapatos.
Porque en la calle,
esta noche, los colgaremos
del tendido eléctrico.

JAVIER DAS

domingo, 18 de marzo de 2012

Horas bajas




HORAS BAJAS


El tiempo por el suelo,
confundido con bolas de pelusa,
colillas
y otros restos degradados
y reducidos a la inutilidad.

Las horas sepultadas,
enterradas por debajo del nivel
de la desesperanza.
Abonando el silencio con segundos
tan dóciles y yermos
como una batidora
que tiene las cuchillas ya gastadas

Y tú sentada en la alfombra
de minutos desiertos,
cogiendo distraída un espejismo
que se ha escapado volando
de tu mente.






Sin enterarte apenas.




martes, 13 de marzo de 2012

Sueños como liendres, poema inédito


SUEÑOS COMO LIENDRES

Hay sueños que no acaban
cuando enciendes las luces
y viene a sacudirte la rutina.

Los sigues masticando
mojados en la leche de las horas primeras.
Y cuando ya estás listo para salir 
de casa,
se te enroscan al cuello
igual que una bufanda hecha de lana:

No sientes
el temblor de la intemperie,
pero la desazón de su contacto
te agita y te exaspera
hasta que se te secan las palabras
y comienzan a descascarillarse
cayéndose a pedazos
por el barranco insalvable de tu pecho.

Hay sueños –como liendres-
que invaden tu cabeza.
Los notas cuando anidan en tu pelo.

Y no hay loción de marca
ni remedio casero
que pueda exterminarlos de inmediato.

Unas tijeras de podar rosales.

Si lo que necesitas
es acabar de forma radical con los picores.




                  

sábado, 10 de marzo de 2012

En el avión, un poema de Ana Pérez Cañamares que aparece en Alfabeto de cicatrices

EN EL AVIÓN

El hombre avanza por el pasillo
se sienta entre la ventanilla y yo
mira un momento hacia fuera
y luego baja la persiana.

Es de esa gente que se conoce
las nubes de memoria.

ANA PÉREZ CAÑAMARES

miércoles, 7 de marzo de 2012

Dependienta en un bazar chino, poema inédito

 DEPENDIENTA EN UN BAZAR CHINO

La nieve es amarilla y huele a loto
en algunas barriadas
alejadas del centro.

Los gatos no han cerrado la sonrisa
y siguen celebrando con pintura barata
una felicidad de purpurina
que destiñe con la primera caída.

Poco a poco se olvidan los sabores.

El aceite de sésamo se vuelve anaranjado,
escuece en la garganta
como las bayas de fresno abriéndose camino
en la llanura de unos brazos desnudos.

Pero en esta tierra inhóspita 
de miradas redondas,
la nieve es comestible.

Las nubes no descargan
a las órdenes de un mando militar.

Y a veces
(Sólo a veces)
alguien desconocido 
se quita los zapatos al hablar,
para evitar arañarte la nostalgia.

viernes, 2 de marzo de 2012

Golondrinas, poema inédito




GOLONDRINAS


A pesar de mis años,
seguí creyendo en Bécquer
durante mucho tiempo.
Hasta que me estallaron en la boca
sus golondrinas moribundas,
infectadas con las fiebres
del oeste del Nilo.

Deshabitaron las cuencas de mis ojos
como si fueran cuervos,
de esos que,
llegado el caso,
no reconocen el tacto
de las manos
que atusaron sus alas con afecto.