viernes, 29 de junio de 2012

A corazón abierto, un poema de Jorge Barco

A CORAZÓN ABIERTO

No penséis en la belleza del poeta
como un hecho constatado y lógico.

No os dejéis engañar por la palabra
colocada de forma tan perfecta
que transmite emoción y desenfrena.

No idealicéis al poeta, no lo merece.

Es un triste pecador que vive solo,
se emborracha y nunca reza.

Tras esos versos, de perfilada metáfora,
hay complejos de la infancia,
mala leche,
barrigas cerveceras y alopecia.

Sé que cuesta creerlo al conocerme,
pero no todos los poetas son tan guapos.

JORGE BARCO

lunes, 25 de junio de 2012

Hay en mi piel un exceso de ternura: Poema de "Muñecas recortables"



HAY EN MI PIEL UN EXCESO DE TERNURA



Se me escapa el cariño a borbotones.

No puedo sujetarlo.

Se me cae de los ojos,
de los labios.

Como se cae la miel de una tostada
cuando no se ha distribuido bien.

Siento deseos de besar las palabras
que se apoyan casualmente
en mis oídos.

El impulso inaudito
de acariciar con suavidad furiosa
cualquier objeto que caiga
entre mis manos:
un sacacorchos,
un libro de poemas,
una factura del banco,
una mirada.

Hay en mi piel un exceso de ternura.
Una acumulación exagerada
de abrazos contenidos
que podrían -si fueran exportables-
erradicar las carencias afectivas
que oscurecen
en decenas de países
el mapa de la infancia.



miércoles, 20 de junio de 2012

Reconciliación, un poema de Czestaw Mitosz

RECONCILIACIÓN

Le llegó tarde el tiempo de reconciliación
Humilde consigo mismo. "Sí -dijo-,
he sido creado para ser poeta
y nada más. Es esto lo único realmente
que sé hacer. Y me avergüenzo,
pero no me es posible cambiar el destino."

Poeta: quien piensa continuamente en otra cosa.
Su distracción lleva a los otros a desesperarse.
Es posible que ni siquiera tenga sentimientos humanos.

Pero en definitiva, ¿por qué no?
En la diversidad humana la mutación, la variación
también es necesaria. Visitemos al poeta
en su casa en los apagados suburbios,
donde cría conejos, prepara aguardientes
y graba en una cinta poemas herméticos.

CZESTAW MITOSZ
(Traducción de Xavier Farré)

domingo, 17 de junio de 2012

Tecnología, poema de Kirmen Uribe.

TECNOLOGÍA

Mi abuelo no sabía leer, tampoco
sabía escribir. Sin embargo, era conocido

por las historias que contaba. Él encendía,
rodeado de críos, las fogatas de San Juan.

La caligrafía de mi padre era inclinada, elegante.
Tejía el papel con precisión,

como si esculpiera sobre la pizarra.
Todavía tengo la postal que envió desde la mili:

"Yo bien, tú bien,
mándame cien".

Nosotros mandamos
mensajes electrónicos.

Es cierto: en tres generaciones hemos recorrido
un largo trecho en la historia de la escritura.

De todas formas, las preocupaciones, los miedos
son los mismos de siempre, y lo seguirán siendo:

"Yo bien, tú bien..."

KIRMEN URIBE

jueves, 14 de junio de 2012

Yo soy el hombre que lanzó un zapato a Bush, del último libro de Ángel Petisme, La noche 351

YO SOY EL HOMBRE QUE LANZÓ UN ZAPATO A BUSH

Yo soy el hombre que lanzó un zapato a Bush,
el hombre que no puede evitar su destino.
Yo soy los niños sin cabeza, los de un ojo en la frente,
los de escamas en el cuerpo
a causa del uranio empobrecido.

Yo no soy Vargas Llosa
justificando la invasión en Diario de Irak,
soy el Museo de Bagdad y la desolación de las vitrinas rotas,
las máscaras rituales, los tocados reales, los recipientes de oro
que llegaron a vuestros museos ¡milagrosamente!
Yo soy los niños con bolas de billar en los ojos
que les sobran sonrisas pero les faltan dientes.
Soy la sangre por las calles de Faluya, de Tikrit, de Mosul,
de Baquba, de Kirkuk, de Kerbala…
Los gritos de un mundo de aflicción,
quizás no merecíamos existir,
venid a ver.

Yo soy el hombre de las lágrimas secas,
soy Muntazer al-Zaidi,
el que cuelga en su apartamento
una foto del Che,
el que cumple quince años de cárcel.

Soy el azufre de antes de la lluvia,
soy uno de los ochenta mil de Abu Grhaib,
desnudos, cabezas de bolsa de cartón,
defecan sobre nosotros y nos aplican
electricidad en ano y genitales.

Yo soy la tristeza de la desobediencia,
en ese zapato iba la rabia del Planeta,
los niños harapientos con más huesos que carne,
yo soy el relámpago que brinca desde Asia.

-¡Este es el beso de despedida del pueblo iraquí,
perro!-, le grité una mañana
en la rueda de prensa
un 15 de diciembre de 2008.

Yo soy la primera guitarra conocida en el mundo,
el texto original del Poema de Gilgamesh,
la biblioteca de Asurbanipal en mármol esculpido,
las tablillas con los primeros escritos del hombre…
Me quedé corto, os hubiese lanzado
todas las armas de destrucción más IVA
que esgrimisteis como razón para invadir
mi hogar.

Este es el zapato más aciago del mundo,
este es el zapato del Nuevo Amanecer.

Yo soy un millón de gotas que murieron de sed,
un millón de iraquíes.

ÁNGEL PETISME

martes, 12 de junio de 2012

El olvido es marrón. Poma inédito


EL OLVIDO ES MARRÓN

Se han quedado
los posos del café
pegados al cristal de las lentillas. 

La noche no se limpia
con la arena mojada de tu playa:
inmensidad de miedos
anegando
los huecos desiguales
del dolor.

El olvido es marrón,
ya lo sabíamos,
marrón
como la tierra
que acoge los escombros
de los cuerpos que amamos
algún día.

Sin que ellos se enteraran.

sábado, 9 de junio de 2012

¿Quién mató a Kennedy y por qué?, un poema de Eduardo Fraile


¿QUIÉN MATÓ A KENNEDY Y POR QUÉ?

¿Quién mató a John Fitzgerald Kennedy
y a su hermano Robert, y por qué?
La respuesta a esta pregunta es bien sencilla, clara
como un agua novísima, tersa
y desestabilizante como una piel de seda, de pétalo de rosa…
Bella como es bella la verdad.
Y la verdad tiene en este caso exactamente
el tacto
nítido de la piel de Marilyn
Monroe.
¿Como sería
acariciarla?
Aquellos dos cabrones,
que no la merecían, lo supieron con creces
y derrocharon ese conocimiento:
quiero decir que fueron ellos quines mandaron cortar
la rubia flor. Ella lo supo.
Como lo supo Joe
DiMaggio. Como lo sé yo ahora. La justicia
poética de un jugador de béisbol que se casó con ella
y la perdió. La venganza
del aún enamorado bateador: precisa
y deslumbrante.
Ordenó que cada día una rosa desnuda
fuera depositada sobre su tumba. Lentísimas
gotas de sangre, levísimas pisadas
alejándose hasta el olvido final. Y la manera de decirnos,
de confesar, durante más de veinte años que fue él…

EDUARDO FRAILE VALLES 

domingo, 3 de junio de 2012

Lapis pumex, un poema de Jesús Jiménez Domínguez

LAPIS PVMEX

El Dioscórides,
tratado de farmacopea del siglo I,
confiere a la piedra que flota, la piedra pómez,
cualidades abrasivas útiles para la higiene,
pues resuelve con su calor
todas aquellas cosas
que oscurecen la vista.

Molida en fino polvo,
también el Lapidario de Alfonso el sabio
le concede diversos usos:
devuelve la blancura a los dientes,
raspa la escritura de los pergaminos,
disuelve las cataratas del ojo.

Nada refieren ambas obras
acerca de los recuerdos, esas rocas erosionadas,
esos guijarros que se desprenden del monte
de la memoria y provocan frecuentes aludes
en las hondas regiones del corazón.

Algunos malos recuerdos se van, mansos y silenciosos,
al fondo del alma con el resto de las piedras.
Nunca volvemos a saber de ellos.
Pero otros son como la piedra pómez:
regresan cada noche por una incierta cuestión de higiene,
se restriegan contra ti, te arrancan a tiras la piel
-ese territorio físico de la memoria
donde se acumulan sombras, tatuajes extraños,
caricias ya muertas, el tacto ido de otros días-

Por mucho que quieras hundirlos dentro de ti
vuelven una y otra vez a la superficie,
una y otra vez.

JESÚS JIMÉNEZ DOMÍNGUEZ