SED
A veces sólo está la sed desnuda
calándote los huesos.
Y un plato con las sobras de la cena.
A veces es de noche todo el día.
Te despiertas a ciegas,
buscando una ventana
y rompes los cristales creyendo que estás vivo,
que están vivas las nubes
y el viento que las mueve,
pero sólo hay paredes
conteniendo el empuje de las luces del alba.
A veces las palabras
no son más que esqueletos desmayados,
que no sirven sino para escupir
en el suelo inestable que apenas te sujeta.
A veces te recuerdo
en medio de esta ausencia inacabable.
Y me falla la vida.
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