lunes, 30 de diciembre de 2013

El hambre de estar vivo, un poema de Muñecas recortables

EL HAMBRE DE ESTAR VIVO

Algún arroyo ha tenido
que brotarte del pecho
en las tibias mañanas de verano
que peinaron tus sueños.

Algún sordo rencor
has debido de escupir
entre los pliegues absurdos que el dolor
ha dibujado
a la orilla del río
en el que agonizaban
docenas de cangrejos.

No hay oración que te hayamos escuchado,
ni recuento de imágenes amables
que alivien el avance
implacable de las llamas.

Y no te hemos oído gritar
que estás aquí,
como siempre,
despejando las hierbas del camino,
aunque tu silueta
sea sólo una sombra que se va desgastando
poco a poco
al rozar las paredes.

No te hemos visto mordiéndote las uñas
hasta arrancarte los dedos
uno a uno.

Ni hemos sentido tu piel erosionada
con los zarpazos
del hambre
de estar vivo.

JULIA CONEJO ALONSO




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