jueves, 24 de noviembre de 2016

Un poema de Tomás Sánchez Santiago

PARECIDO AL ENTUSIASMO

Solo quien supo hacer un poquito de pan
con lo imprevisto
puede entender la belleza sin orden
de las casualidades,
la norma turbia de las tormentas
inesperadas, la llegada a deshora -entre oxidadas armas-
de cónsules absortos
que han arrojado al fuego documentos
avergonzados por el idioma de las capitulaciones.

Solo quien destinó las llaves
del tesoro
y todas las canciones aprendidas
al oleaje de la incertidumbre
sabe cortar las cuerdas que atan
las palabras a su sombra

y quedarse con ella
nada más

-ya perdido el ahí-

y ponerse a esperar,
mientras ve flotar la noche y sus soberanías,
la llegada del poema,

su llegada.

TOMÁS SÁNCHEZ SANTIAGO


martes, 8 de noviembre de 2016

Un poema de "Actos de amor", de Antonio Praena

MELOCOTONEROS

Te cansaste demasiado aquel verano
sulfatando los melocotoneros.
Tú no sabías del aroma
poético, oriental y evanescente
que la palabra melocotoneros
exhala al florecer en algún libro.
Yo sí que lo sabía, sí sabía
de flores y poemas, cosas tontas,
porque mi condición ha sido estéril,
pues nunca he dado frutos
tan dulces y redondos, tan solares
como esa fruta tuya:
                                  de mi mano
nunca ha comido nadie, de mi esfuerzo
tan solo un hambre nueva se ha seguido.

Papá, me da vergüenza
sentir que cada letra de esta página
también ha sido tuya, sólo tuya,
papá, que te cansaste demasiado
cuidando que el gusano de la muerte
no entrara al corazón del alimento.

Papá,
si hubiera un fruto cierto en estas líneas,
si dejo aquí esperanza y no se pudre,
será sólo por ti,
por ti que me enseñaste sin saberlo
las cosas que no pueden explicarse.

ANTONIO PRAENA


martes, 1 de noviembre de 2016

"De tus sueños", un poema de Peces transparentes

DE TUS SUEÑOS

Ya no soy ese sueño
de tus tarde heridas de misal
y sotana.

La ternura a granel que tantas veces
te enganchaba a la vida.

Ya no soy la que enciende las estrellas
y las cuelga del techo
cuando todos discuten.

La que puede bailar con el pie escayolado.

Me soñabas así,
ligera y quebradiza,
para que siempre
la luz y la penumbra
calaran en mi cuerpo.

Ahora estoy en el sitio donde tú ya estuviste.
El lugar donde aguardan
los que han ido perdiendo poco a poco
sus piezas
y buscan un recambio
para seguir nadando por la orilla del viento,

sorteando las rocas
en las que se resbalan todavía,
a pesar de la costra que les cubre.

JULIA CONEJO




lunes, 24 de octubre de 2016

Un poema de "Etapas", de Manuel González

REFUGIO

Vuelvo a casa
en este abril lento
de repúblicas a cuestas
y promesas vencidas.
El tercer piso a mano izquierda
es un altar
que me devuelve la fe perdida
en las calles de siempre.
Llego a la puerta,
se abre impaciente el firmamento
y puedo mirarte sin paracaídas.
Esa es la razón de los mediodías.
Hago bandera en la camiseta
que llevas puesta.
Bajo tus pies,
todo regresa a su lugar
como la calma a nuestros libros.
Incluso aprendí todas las conjugaciones
para llegar puntual a tus verbos
cuando se duerme el día en los ojos,
donde, a pesar de todo,
siempre haces hueco.

MANUEL GONZÁLEZ


jueves, 6 de octubre de 2016

Gente que camina en mi mente, un texto de Francisco Javier Irazoki

GENTE QUE CAMINA EN MI MENTE

De noche suenan los teléfonos y escucho las voces que llaman desde el país donde nací.
Me anuncian la muerte de una persona que conocí en mi infancia o juventud e, inmediatamente, siento la desaparición de un paisaje. La superficie que se desgaja deja en la niebla un torso, los brazos, los pies que fueron dos caminos paralelos. El roble y la higuera son ojos borrados cuando las frases salen del teléfono y entran en mis oídos.
   En mis visitas a Lesaka, compruebo que los terrenos se han encogido. Las púas de los alambres que delimitaban las praderas sujetan ahora unos retales blancos, y el viento bate esos jirones de las ropas de los ausentes.
   Otras llamadas siguen despegando las calles del pueblo, y aumenta el grupo de hombres y mujeres que pasean en mi memoria al despedirse de una patria de huecos.
   Pronto seré el viejo que lleva en un bolsillo toda la extensión de su tierra.

FRANCISCO JAVIER IRAZOKI



martes, 26 de julio de 2016

Palabras mágicas, un poema de "Peces transparentes"



PALABRAS MÁGICAS

Los domingos, mi abuela no nos daba
la propina.

Nos daba la “Rinconada”,
que no era ningún premio, sino un ritual
de gestos y palabras
que había que seguir, paso por paso,
para no desmontar la expectación
y mantener envuelta la mañana
en novedad y misterio.

Tapada hasta las cejas en la cama.
Los párpados cerrados
de forma fraudulenta
Y ella fingiendo aprovechar el sueño
para meter debajo de la almohada
algún sobre-sorpresa,
un cuento del tamaño de su mano
o una tira de cromos de palmar
con purpurina por encima.

Ni aquella Hada Madrina
que ayudó a Cenicienta,
de haber tenido que repetir su hazaña
todas las semanas,
hubiera sido capaz de mantener
la magia y la ilusión
con la misma maestría y eficacia
que mi abuela,
Aunque ella no llegase a sospechar
(no obstante la experiencia relatada)
sus innata habilidad
para la hechicería.

JULIA CONEJO



sus innata habilidad
para la hechicerí
a

viernes, 13 de mayo de 2016

Un poema de "La hija", de María García Zambrano

LA VIDA

Respiraré por ti.
Atraparé todo el aire de este y otros mundos
que voy a inventar
para que caminemos juntas.
Inventaré una galaxia
para que llegues a lo alto
y extiendas tu mirada por encima de los dioses.

Respiraré por ti.
Seré tus ojos y en ellos
guardaré el mar
(con las manos de mi padre conteniendo la espuma
y todos los moluscos que se aferran a la roca).
Inventaré un mundo acuático para que flotes y te sumerjas
serás el pez más veloz.

Respiraré por ti.
Multiplicaré mis alvéolos
y miles de luciérnagas y estrellas y la luz
entrarán por tu piel como caballos que vuelan
libres e iluminados.
Un amor limpísimo disolverá la enfermedad.

Respiraré por ti.
Seré tu lengua
con todas las palabras que existen y otras
babel entre tus dientes
la historia que contaremos a tus hijas.

Respiraré por ti

hasta que ya no quede savia en este cuerpo
entonces

inventaré otra vida para seguir respirando.

MARÍA GARCÍA ZAMBRANO


martes, 10 de mayo de 2016

Un poema de "Haciendo planes" de Karmelo C. Iribarren

EL BALCÓN EN INVIERNO

"Yo a veces me siento así",
me dijo una mujer,
hace unos días,
en la sección de libros de El Corte Inglés,
poniendo el dedo índice sobre el título de una novela.
Aunque no nos conocíamos de nada,
no pude evitar contestarle
que a mí me sucedía lo mismo en ocasiones.
No sé por qué lo hice, quizás sólo
por la enorme cantidad de tristeza
que vi amontonada en sus ojos.
Entonces ella me pasó la mano por el antebrazo,
en lo que quiso ser
una muestra respetuosa de agradecimiento,
sonrió fugazmente, sin fuerza,
y se dirigió hacia las escaleras mecánicas.
Yo me quedé allí un rato más, mirando
aquel balcón azotado
por la lluvia y el viento
y el frío de la madrugada,
aquel balcón hacia el que acaso nadie nunca
levantaba la vista desde la acera...

KARMELO C. IRIBARREN


domingo, 10 de abril de 2016

Una infancia feliz en años de posguerra. Poema inédito.



UNA INFANCIA FELIZ EN AÑOS DE POSGUERRA

A veces ser feliz consiste sólo
en bailar
alrededor de una mesa-camilla,
coreando el nombre de un pueblo al que te han invitado
a pasar el día de la fiesta.

A veces es más excitante
ese momento previo de la espera:
ni la verbena, ni el traje de domingo,
ni el banquete en la casa familiar,
tan minuciosamente preparado.

El paso de los años ha demostrado
que lo único, al final, inolvidable era
la coreografía improvisada con tu hermano:

Vueltas y vueltas en torno a una camilla
una semana antes de que el gran día llegara.

Y si alguien no lo entiende

es porque nunca le dejaron ser niño.

JULIA CONEJO



viernes, 4 de marzo de 2016

Un poema de Antonio Manilla

JURO QUE ESTABA ALEGRE

Van los rojos cerezos del otoño
tiñendo las laderas de los montes
y yo pienso en nosotros, los caminos,
la negra luz que alumbra los finales.
Juro que estaba alegre. Hace un momento,
con los ojos cerrados, en la cara
sentía el sol y el frío de septiembre,
el alma de esta tierra con el aire
que lentamente envuelve al cuerpo entero.
Estabas tú conmigo y no la ausencia.
Estabas tú imposible, revivido,
y no la honda tristeza que ahora aflora.
Son los rojos cerezos otoñales.
Rescoldos en la hoguera. Cenizas en el aire.

ANTONIO MANILLA


viernes, 26 de febrero de 2016

Un poema de Emma Cabal

EL DÍA QUE PUEDA

El día que pueda escribiré un poema sobre esto,
sobre hoy,
sobre lo mucho que duele
a veces
el amor,
sobre la impotencia
que se siente al saber
que todo
se curaría con un beso.

El día que pueda escribiré
sobre el vacío,
sobre la confusión,
sobre las lágrimas,
sobre los silencios y las amapolas.

EL día que pueda escribiré
sobre los celos,
sobre la angustia,
sobre la soledad,
sobre la pasión y las tormentas.

Sí.
El día que pueda lo haré.
Pero hoy no.
Hoy no me siento con fuerzas.

EMMA CABAL


martes, 23 de febrero de 2016

Un poema de Jorge M. Molinero

QUE LAS FRUTAS ROJAS SON UNA MENTIRA

Yo escojo frutas rojas para la merienda,
frutas rojas, dulces y alegres
para el almuerzo saludable del colegio.

Pero ella me pide manzanas.
Manzanas verdes y ácidas. Muy ácidas.

Y en esto que creo en la reencarnación,
esta renacuaja me viene ya
con la lección aprendida.
Que de comerse el mundo, al menos, que
sea el de verdad, este que se nos atraganta
con su pulpa áspera y nos deja ardor en el estómago
cada vez que osamos hincarle el diente.

Las manzanas, ácidas

   sin el dulzor prometido
por las marquesinas de las paradas de autobús.

Que las frutas rojas sólo sirven
para titular los poemas tristes de papá.

JORGE M. MOLINERO


viernes, 29 de enero de 2016

Un relato de César Gavela

DE MUCHACHO SE INVENTÓ UN MUNDO

Donde estaban todos los países, tal y como los vemos en el mapa. Pero le añadió uno que solo él controlaba. Recorrió la ciudad muchas veces y encontró en los descampados del norte una zona donde instaló su estado independiente y pequeño. Aún más pequeño que la Ciudad del Vaticano, en este caso apenas treinta hectáreas. Ya en su casa, dibujó las calles, las fronteras, el palacio presidencial, un edificio administrativo, el campo de fútbol de la selección nacional de Estia, el nombre del país del que era presidente. Organizó un censo, llegaban a tres mil personas. Hizo las genealogías de esas familias, rastreó los estios que vivían fuera de su país, y así pasó varios años feliz, centrado en esa fiesta grande de las cosas pequeñas. Mientras tanto, al otro lado de Estia, sucedía un mundo que era mucho menos real: el de su casa y sus padres, el de su trabajo como administrativo en la estación del ferrocarril. El de un hombre sin amor.

CÉSAR GAVELA


viernes, 15 de enero de 2016

Un poema de Itziar Mínguez Arnáiz

EN EL METRO

Es una conversación banal
prescindible
aburrida
es más
da la impresión de que hablan por hablar

y eso es lo que te produce un escalofrío
pensar en el triste destino de esas palabras
cuyo único fin es
tapar el silencio.

ITZIAR MÍNGUEZ ARNÁIZ


miércoles, 13 de enero de 2016

Un poema de Manuel González

CREO

Creo en la verdad desbordada en tu pecho.
Los cristales empañados del coche
cualquier noche entre semana.
En la luna de Panero
y el banco del parque
que no traiciona mis cuentas.
En las jornadas de puertas abiertas.
La biblioteca que compartimos.
Los ceros a la izquierda
y el resultado final
donde perdemos los mismos de siempre.

Creo en los bares de buena muerte
llenos de gente con la verdad esposada.
En las cartas sin postdata
porque ya está todo escrito.
En perder varias cabezas por tu misma causa
y el denominador común de nuestras bocas.
En no salir vivo de este poema.
Los pequeños sonidos de la casa.
Las películas que vemos a medias
bajo la manta verde
y la novena compañía
peleando por la libertad de otros
a cambio de llamarles exiliados.

Creo en los necios
porque mi silla no necesita su respaldo.
En vaciarme hasta volver a mi punto de encuentro.
En el ejemplo de los poetas malditos
y esas cosas tuyas
que todavía me sorprenden.

MANUEL GONZÁLEZ